…Esta última jornada de exploración de los límites sureños del imperio azteca había resultado mucho más dura de lo anticipado. Al descender la planicie la temperatura y la humedad aumentaban para crear un clima pesado y desagradable. ¡Cuanto añoraba las brisas refrescadas por los canales que circundaban los palacios y las residencias! Quién lo habría mandado a ofrecerse para dirigir este descabellado proyecto … Tú y tus ambiciones… esto tienes por intentar congraciarte con los nobles.
El capitán azteca escudriñaba el amplio valle que tenía de frente e intentaba decidir cuál ruta tomar para continuar hacia el sur. La mañana estaba tan nublada que le impedía localizar al sol para orientarse, y mientras se esforzaba por recordar hacia dónde había estado la estrella del norte la noche anterior, escuchó a los perros ladrar. La jauría los acompañaba en todos sus viajes. Los pequeños canes eran excelentes guardianes gracias a sus afinados oídos, se ocupaban de alimentarse ellos mismos cazando y hurgando, se mantenían siempre cerca del grupo, y cuando los soldados no tenían nada de comer… Sus pensamientos fueron interrumpidos al notar que uno de lo perros convulsaba frenéticamente. Las patas traseras golpeaban una y otra vez la cabeza, y no paraba de golpearse sino era para morderse y devorarse a si mismo.
Cautelosamente se acerca para determinar si éste era otro presagio de los dioses… ya se habían visto en otras exploraciones, como el del águila devorando la serpiente… Precavidamente, tratando de evitar una mordida, se acerca al can convulsante y, casi de inmediato, las convulsiones cesan. El perro ya reestablecido le menea la pequeña cola y lo mira insistentemente, como diciéndole algo, y cuando lo va a acariciar descubre que el pelaje normalmente claro y brilloso está opaco, tiene unas manchas cobrizas en el área trasera y hasta tiene calvas rojas…
Venciendo su temor, toma al can en sus manos ásperas y nota pequeñas partículas negras, parecidas a tierra, por todo el cuerpo y algo que parece moverse… Sí, algo se mueve entre el poco cabello todavía saludable… ¡Los dioses nos protejan… Los perros tienen pulgas!
De seguro que la mayoría de nosotros puede identificarse con el antiguo explorador de este relato, así como él pudo haberse identificado con muchos anteriores a él.
La pulga más antigua se descubrió en Australia y data de 200 millones de años. En cierta literatura egipcia que data del año 1555 A.C. se menciona a las pulgas y se detallan procedimientos para erradicarlas del hogar. Estos artrópodos fungieron como vectores del bacilo Yersinia Pestis, el causante de las grandes epidemias de la historia: la Peste Bubónica europea de los años 541 y 1347, y la oriental (China e India) del 1855.

La pulga chupa sangre capilar usando partes especializadas de su boca y ataca por igual a canes y felinos.
Aunque hay más de 2,000 especies de pulgas, la que afecta a nuestras mascotas más comúnmente es la pulga felina, Ctenocephalides felis felis. Los dermatólogos veterinarios piensan que la causa más común de problemas de la piel en nuestros animales domésticos el la pulga, lo que hace su control esencial.
Para controlar las pulgas es preciso tener una idea de su ciclo de vida. Este fluctúa entre 12 y 120 días: mientras más se acerque la temperatura a los 80 grados Farenheit, y la humedad relativa al 70 %, más corto es el ciclo de vida.

A diferencia del Titanic, las pulgas no se ahogan en el agua.
La pulga adulta deposita en la mascota, generalmente en la noche, un promedio de 14 huevos diarios, uno o dos días después de haber ingerido sangre. Los huevos caen al medioambiente y germinan en un promedio de 7 días (1-10 días, dependiendo de las condiciones ambientales). La larva muda su cutícula dos veces en un periodo de 5 a 11 días, para luego formar una crisálida dentro de la cual incuba por un tiempo variable, de 7 a 365 días, dependiendo también de las condiciones ambientales. Cuando termina la incubación, y respondiendo a estímulos ambientales como calor, vibraciones, Dióxido de Carbono, y presión, el adulto emerge. En condiciones favorables, el ciclo de vida toma de 3 a 4 semanas.
La primera función de la pulga adulta es alimentarse. Puede sobrevivir hasta 19 días sin alimento, pero una vez comienza a alimentarse, su metabolismo acelerado y la producción de huevos evitan que sobreviva más de 14 días sin comer. El calor y la producción de CO2 de el organismo huésped (el desafortunado perro o gato) atraen la atención de la pulga y la preparan para brincar, lo que hace cuando percibe el movimiento de aire causado por la “presa”. Una pulga puede brincar distancias equivalentes a 150 veces su tamaño y acelerar a 140 g’s, repetidamente, hasta 30,000 veces.

Tu mascota no puede esconderse de las pulgas, pero tú puedes ayudarlo a protegerse de ellas con prevención.
Una vez en el organismo huésped, si sobrevive los intentos de éste de sacársela de encima, la pulga chupa sangre capilar usando partes especializadas de su boca, e inyectando secreciones salivares que funcionan como anticoagulantes. El periodo de alimentación varía de 10 minutos a 4 horas para ingerir un promedio de 13.6 microlitros de sangre por día, lo equivalente al 15% de su peso. La pulga adulta puede vivir por más de 50 días; su mayor causa de mortalidad es la actividad de limpieza personal del can o felino.
La reproducción ocurre tras alimentarse y generalmente ocurre en el organismo huésped. La localización de una pareja se consigue mediante el uso de feromonas (hormonas de comunicación). Las pulgas deben aparearse varias veces antes de ser fertilizadas, un proceso que dura de 3 a 9 horas.
Definitivamente, tú no quieres pulgas en tu querida mascota canina o felina. En la próxima ocasión te diré los mejores métodos de control para erradicarlas de tu mascota ¡y de tu vida! Asegúrate de recibir los artículos que publicamos cada mes, suscribiéndote a nuestro blog.
¡Hasta la próxima!
Juan Luis Ferrer, V.M.D.