Nuestra fabulosa celebración de la Navidad viene, como todos sabemos, acompañada de muchas de las delicias de la gastronomía puertorriqueña. Y ese espíritu navideño propicia la tentación de compartir esas exquisiteces boricuas con nuestras queridas mascotas.
Ojo, que los sistemas gastrointestinales de nuestras mascotas son más delicados que los nuestros y la introducción de comidas nuevas a sus dietas puede causar trastornos gastrointestinales.
El sistema intestinal es una maravilla de diseño y adaptabilidad, pero nuestras mascotas necesitan una transición entre dietas para poder acostumbrarlo a una dieta nueva. El páncreas, fuente de los enzimas digestivas, necesita por lo menos una semana para adaptarse a comidas nuevas.
Es por eso que los “gustitos” muchas veces ocasionan desbalances digestivos como vómitos y/o diarrea, pero en casos severos pueden precipitar también episodios de pancreatitis. Hay estudios que asocian la pancreatitis con comidas muy altas en grasa. Así que: cuidado con el cuerito. los quesos y las salsitas de la carne.

Un poquito de arroz o un pedacito de una vianda o de un vegetal puede ser el “gustito” que le des a tu mascota. Pero el cuerito, los quesos y las salsas grasosas están totalmente prohibidos.
Como siempre, la mejor medicina es la preventiva. No hay nada malo con los gustitos, pero en cantidades pequeñas (menos del 10% de su porción regular) y con moderación. Escoge los ingredientes que sean bajos en grasa y fáciles de digerir, como los arroces, las viandas y los vegetales.
Recuerda servírselos mezclados con su porción de la comida que siempre come. Es muy importante que reduzcas proporcionalmente el volumen de su comida regular, por el volumen del “gustito”.
Y por supuesto: nunca, bajo ninguna circunstancia debes darle chocolates o uvas o pasas, porque son tóxicas para las mascotas.